Tras un beso, un que guapo te ves, una bendición y un despido, entendí lo que aún se supone no debía entender, ¿Cuándo se le perdieron las reglas del juego a Dios? que otro pudo modificarlas.
Ese momento trajo con su partida, la primera pieza de un enorme rompecabezas...
ZELo extrañamente recordando.
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1 comentario:
ay joselo, tengo tanto que decirte y no se cómo, o en qué manera dividirlo para que serulte propio para lo que publicaste, son tantas las emociones que emergen (pero no de mi, sino de ti) que tal vez la mejor manera de hacerlo es ésta: ...
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