viernes, 14 de septiembre de 2007

Y me quedé dormido en la regadera


Estaba ahí 8:30 de la mañana, me lo dijo el reloj que tengo junto al exfoliador, el agua no enfriaba ni calentaba, un terrible batallar para ajustar el maldito termostato; mis ojos no eran mas que dos tristes súbditos del sueño acumulado de una semana entera de desvelos (que incluyeron picos de 6 de la mañana) que luchaban por cerrarse al menor movimiento.

Así pues doble mis piernas, me deslice al punto donde mi espalda y mis piernas formaban un perfecto angulo de 90 grados entre la pared y el piso, me recargue, mientras el agua mojaba mi pelo, mi espalada sentía el golpetear del agua y sus gotas parecieran arrullos que me invitaban a regresar al lugar, momento y emoción que deje al sonar mi celular que gritaba, despierta, despierta. Cerré los ojos por un momento y dije ya debo bañarme... eran las 9:30.

Lo que dio pena no fue llegar 1 hora 20 minutos tarde, sino haber tirado tanta agua.

Esta pobre mundo se esta acabando y yo con mis mamadas.

ZElo goes green

1 comentario:

Juan K Manei dijo...

escritor no es aquél que escribe sólo palabras, escritor es el que hace de sus momentos (incluida una desgracia) toda una reseña entretenida. Te adoro. Ah y lo del agua me encantó. Qué bueno que lo pusiste.